Dwellings in a Gasometer, Vienna
Jean Nouvel 

Dwellings in a Gasometer, Vienna

Jean Nouvel 


La voluntad de conservar el patrimonio industrial vienés ha convertido en viviendas cuatro viejos gasómetros. Construidos entre 1896 y 1899 en Simmering, un área periférica cercana al aeropuerto, el cambio a gas natural los dejó fuera de servicio desde mediados de los ochenta. A principios de los noventa, la celebración en uno de ellos de una gran exposición llamó la atención sobre su estado de abandono y surgió la idea de rehabilitarlos. Además de este estudio, los de Coop Himmelb(l)au, Manfred Wehdorn y Wilhelm Holzbauer recibieron el encargo de convertir en viviendas y oficinas cada uno de estos gigantescos cilindros de ladrillo, de 72 metros de altura y 64 de diámetro. Una estación subterránea y un centro comercial diseñado por Rudiger Lainer, con cines y sala de conciertos, vinculan los gasómetros entre sí y facilitarán su integración en el entorno, donde en los próximos años más viviendas, una escuela, una guardería y otras dotaciones similares terminarán de consolidar el nuevo carácter residencial del barrio. 

La introducción de 200 apartamentos en el interior de una de estas estructuras parte del orden geométrico existente. Para responder al ritmo de las fachadas, se han repartido las viviendas en esbeltas torres, que dejan entre sí una suerte de desfiladeros a través de los cuales se ve el muro cerámico envolvente. Las superficies laterales de las torres se revisten de planchas de acero inoxidable que reflejan fragmentos de cielo en el patio a través de la cúpula acristalada, contribuyendo a su luminosidad. En principio las torres eran 18 (en función de la repartición de los huecos originales), y ello proporcionaba al espacio una verticalidad casi gótica, con viviendas dúplex abiertas al espacio central, donde convergen todas las miradas. Finalmente y por razones prácticas, se han construido nueve torres dobles y un jardín ‘colgante’ en el tercer nivel, donde asoma la cúpula rebajada del centro comercial situado debajo. No obstante, el espacio interior conserva la grandiosidad que tuvo y parte de su viejo sabor industrial: el brillo acerado de las torres les otorga una imagen maquinal...[+]